Mateo Valero
Director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y académico de honor electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación y académico de honor electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participa en la primera entrega del proyecto Retos Vitales para una Nueva Era, impulsado por la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores conjuntamente con la RAED, con el trabajo «Los próximos desafíos de la supercomputación: un país que no computa no compite», una conversación con la académica correspondiente y coordinadora del proyecto, Cecilia Kindelán. La primera entrega de Retos Vitales ha visto la luz este mismo mes de abril en formato de libro con el objetivo de establecerse como un informe pluridisciplinar anual de referencia sobre la nueva realidad que surge tras la pandemia.
«Mateo Valero ha sido el único español reconocido con el Premio Eckert-Mauchly, el mayor galardón a nivel internacional en arquitectura de computadores, un premio que está considerado como el Nobel en el campo de la Informática, por su extraordinario liderazgo en construir un centro de investigación de arquitectura de computadores de talla mundial y por el resto de sus contribuciones. Además, en el año 2008, la Comisión Europea lo seleccionó como uno de los 25 científicos más influyentes en el área de tecnologías de la información y comunicaciones», destaca Kindelán en la presentación de este trabajo.
El académico de honor electo de la RAED repasa de forma sucinta la evolución de la computación desde mediados del siglo XX hacia una mayor eficiencia, capacidad y velocidad, alcanzadas gracias al los transistores, los circuitos impresos y los semiconductores y una lucha sin cuartel hacia la miniaturización. «En unos 8 centímetros cuadrados de silicio (arena de la playa debidamente tratada) nos encontramos con chips que tienen hasta cuarenta mil millones de transistores y que además están trabajando a dos gigahercios, es decir, dos mil millones de operaciones por segundo».
«Si echamos la vista atrás y comparamos el supercomputador más potente con lo que existía hace unos 75 años, nos damos cuenta de que la diferencia de velocidad entre uno y otro es de 1018. Este número nos lo tenemos que imaginar muy grande, y se puede descomponer en 107, porque hay 10 millones más o menos de procesadores en los supercomputadores más rápidos y 1011, que es la velocidad a la que se ha aumentado cada procesador individual», señala.
Valero, sin embargo, se muestra escéptico con el desarrollo de la tecnología cuántica en la supercomputación, pese a reconocer su enorme potencial. «Estos computadores, por mucho potencial que tengan y por mucha gente buena que está investigando, todavía están en el invierno polar, ya que se usan para aplicaciones muy concretas y cualquier procesador normal resulta más veloz. Sin duda alguna, los computadores cuánticos tienen un reto muy grande que se asemeja al desafío de entender el cerebro», considera.
El director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación sitúa como próximo reto de la computación, más allá de su capacidad de cálculo y velocidad, una mayor eficiencia energética, la asimilación a las redes neuronales y, por encima de cualquier consideración técnica, la definición ética de los datos que procesen, así como su finalidad última. Asimismo, destaca el papel del centro que dirige como ejemplo de excelencia.
Retos Vitales para una Nueva Era ha iniciado su andadura con el compromiso de una cuarentena de científicos, entre ellos varios premios Nobel, exministros y exjefes de Estado, todos referentes en sus ámbitos de estudio, que aportarán sus propuestas para elaborar este completo y novedoso estudio. Una rigurosa guía de la denominada nueva realidad desde sus múltiples aristas.