Ferran Guedea, director de Oncología Radioterápica del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha liderado el Simposio «Nuevas tecnologías de radioterapia: radiocirugía intracraneal», que han celebrado de forma conjunta el ICO y el Hospital Universitario de Bellvitge con motivo de sus primeros 25 años de aplicación de las técnicas de radiocirugía intracraneal. La cita ha reunido a más de 150 especialistas de los ámbitos de la oncología radioterápica, la física médica, la radiocirugía, la neurorradiología y de la neurología procedentes de toda España, además de una delegación de México.
La radiocirugía es una terapia frecuente en el tratamiento de los tumores malignos pequeños a nivel cerebral y que puede ser utilizada para el tratamiento de otras patologías neurológicas no tumorales, vasculares y funcionales. En 1993 se comenzó a realizar la radiocirugía intracraneal en estos dos centros que siempre han trabajado de forma coordinada y desde entonces se han tratado con esta técnica más de 2.500 pacientes. Durante el simposio se presentó la próxima implantación de la radiocirugía intracraneal funcional para tratar diversas patologías benignas del ámbito de la neurocirugía, como pueden ser la neuralgia del nervio trigémino y el temblor de diferentes orígenes, como el Parkinson o la epilepsia, entre otros.
La neuralgia del trigémino se caracteriza por un dolor lacerante, descrito como si fuera una descarga eléctrica repentina. Actualmente, su tratamiento se basa en terapias médicas con varios tipos de medicación analgésica, aunque en un 25% de los casos no es efectivo. La radiocirugía está indicada en pacientes con neuralgia del trigémino refractaria a tratamiento médico, en pacientes de edad avanzada, en algunos pacientes con tratamiento anticoagulante o con alguna otra morbilidad asociada que contraindique la anestesia.
En cuanto al temblor debido al Parkinson, la esclerosis múltiple o diversos traumatismos, la radiocirugía es una alternativa para aquellos pacientes con una respuesta mala al tratamiento farmacológico. También se puede considerar su uso en el tratamiento de pacientes con epilepsia farmacorresistente en los que el tratamiento médico y quirúrgico no ha sido eficaz, así como en aquellos pacientes no candidatos a cirugía por edad avanzada, localización de focos epileptógenos o comorbilidad asociada que implique un alto riesgo anestésico.