Albert Bosch, catedrático de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, presidente de la Sociedad Española de Virología, del Grupo de Virus Entéricos de Cataluña y de la Sociedad Internacional de Virología Alimentaria y Medioambiental y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), pronunció el pasado 25 de abril en la sede de la Asociación del Museo de la Ciencia y de la Técnica y de la Arqueología Industrial de Cataluña, en Terrassa, la conferencia «Els Virus i la Història de la Humanitat», donde repasó la incidencia de los virus a lo largo de la historia. La actividad se celebró el formato híbrido (presencial y online).
«Los virus han incidido de forma decisiva en la historia de la humanidad. Ha habido batallas que se han ganado o perdido cuando un determinado virus ha infectado un ejército y ha respetado el adversario. Ha habido virus que han mermado las poblaciones indígenas de distintos continentes. Países enteros han sufrido cambios políticos, económicos y religiosos en resultas de terribles infecciones para las que no existía remedio. Uno de esos virus que han dejado su huella en el porvenir de la humanidad ha sido el de la viruela. La conquista de México y Perú por parte de varios españoles no habría sido lo mismo sin la decisiva participación de la viruela y, en menor medida, del sarampión», señaló Bosch durante su intervención.
El académico explicó que, además de colaborar en el establecimiento del cristianismo en Latinoamérica, los virus también participaron en la expansión del tráfico de esclavos por todas las Américas. Los esclavos procedentes de África eran relativamente resistentes a los efectos de la fiebre amarilla, que provoca mareo, náuseas, dolor de cabeza y vómitos, mientras que la población caucásica y americana respondía con una grave y muchas veces mortal fiebre hemorrágica. «Los españoles importaron esclavos africanos para trabajar en campos y minas de las colonias americanas, devastadas por un virus de la fiebre amarilla, también importado de África a bordo de los barcos del tráfico de esclavos», explicó.
Bosch incidió en la alteración del curso de la historia por parte de los virus en la bien conocida pandemia de gripe que devastó el mundo en los años 1918 y 1919. «En esa primavera de 1918, el ejército alemán estaba preparando el ataque definitivo a Francia para terminar victoriosamente la Gran Guerra. Los alemanes habían movilizado a más de un millón de soldados experimentados y magníficamente armados. Aproximadamente unos dos mil soldados de cada división alemana sufrieron la gripe, lo que permitió que los aliados, que estaban a punto de capitular, pudieran reorganizarse y contrarrestar el ataque alemán y que finalmente consiguieran la victoria», explicó.
En cuando al coronavirus SARS-CoV-2, el agente causal de la actual pandemia de la Covid-19, el académico destacó cómo ha pillado totalmente desprevenido a sociedades avanzadas, con estructuras sanitarias bien estructuradas. «Ha parecido algo insólito e inesperado que un virus haya sido capaz de trastornar el mundo entero, causando una gran morbilidad y mortalidad, y que también altere nuestros hábitos sociales e incluso familiares. Pero no ha sido un hecho insólito», zanjó.
La conferencia de Bosch se enmarcó en un ciclo que culmina con la exposición «Epidemias y Pandemias. El enemigo invisible», que presenta la evolución de las grandes plagas sanitarias sufridas por la humanidad a lo largo de la historia y hasta la actualidad, desde una óptica histórica, científica, tecnológica y social. Se muestran objetos singulares de diferentes épocas como un carro de desinfección de principios de siglo XX, un pulmón de acero y la réplica de un laboratorio de investigación de esa misma época.