Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha donado a la Biblioteca de la Academia el libro «Las enfermedades psicosomáticas y su relación con la familia y la escuela» (Laertes), del cual es editor y autor de algunos de sus capítulos. La obra, editada con la colaboración del Club de Pediatría Social, recoge una completa recopilación de trabajos de pediatras y especialistas en todo tipo de trastornos de origen psicosomático de la infancia como los cólicos, otros trastornos alimentarios y del sueño, enuresis o espasmo del sollozo. También participan psicólogos y psiquiatras infantiles que abordan factores de vulnerabilidad de la infancia, las carencias afectivas o casos más específicos como los factores de riesgo en los niños con discapacidad o la psicofarmacología.
«En estos momentos en que la medicina alcanza altos niveles de tecnología y han disminuido algunas patologías como las infecciosas y nutricionales, en las que la genética y la cirugía hacen grandes logros, los médicos vemos algunas nubes en el horizonte, como los problemas psicosomáticos, que aumentan día a día -inicia Callabed la introducción del libro-. Pueden detectarse por las familias, en la escuela, en los consultorios. Una información de estas enfermedades puede mejorar la salud de nuestros hijos y jóvenes. Este es el objetivo que se aborda en equipo multidisciplinario».
La obra, escrita con una clara vocación divulgativa, presenta a padres, cuidadores y todo tipo de personal de puericultura lo que son las enfermedades psicosomáticas, cuál es su diagnóstico clínico, cómo se afrontan desde la intervención clínica y la psicoterapia y la importancia de abordarlas desde todos los planos: familia, pediatra y centro educativo. «Según estudios epidemiológicos recientes, entre un 8% y un 10% de las consultas pediátricas se pueden etiquetar de psicosomáticas», explica Callabed el alcance de estas disfunciones que pueden llegar a ser patológicas.
«Al margen de las explicaciones psicológicas o biológicas y sea cuál sea su denominación, los trastornos psicosomáticos son una realidad clínica en la pediatría y tienden a un incremento. Por ello el pediatra, sin olvidar el diagnóstico diferencial en cada caso, debe estar preparado para asumir su papel clave en este tipo de patologías», concluye el académico electo y estrecho colaborador de la Real Academia.