«Los jóvenes deberían salir a la calle a protestar por el endeudamiento»
Joan Francesc Corona, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) y director del Instituto de la Empresa Familiar, inauguró el III Acto Internacional de la RAED, que se celebró entre los pasados 15 y 22 de julio en diversas ciudades del Báltico, con la conferencia «Déficit, deuda e ilusión financiera», donde trató de desenmascarar una práctica que consideró tan recurrente como peligrosa para la economía española.
“la emisión de deuda evidencia la incapacidad de la Administración de hacer frente a su gasto corriente»
«¿Por qué es tan fácil la emisión de deuda pública? -se preguntó Corona denunciando la falta de una legislación rigurosa o un control público efectivo sobre el endeudamiento del Estado-. La deuda pública está vista como un activo, cuando en realidad es un pasivo, un sobrecoste para la economía española. Es una manera muy cómoda de no recortar sin aumentar los impuestos. Un mecanismo para financiar los sectores públicos que se financian sin que la ciudadanía se entere. Una ilusión que tiene efectos visibles, pero también difusos e invisibles».
Para Corona, la emisión de deuda evidencia la incapacidad de la Administración de hacer frente a su gasto corriente, aunque más allá de ello está la asunción de unos riesgos muy difíciles de calibrar. «Vivimos en la paradoja de que hoy en día somos el país de la eurozona con más perspectiva de crecimiento, pero tenemos 100 puntos básicos en la prima de riesgo. La ciudadanía puede percibir un presente aceptable y un futuro esperanzador, aunque en realidad es bastante oscuro a causa de esa deuda que ahora nos genera una ilusión», afirmó. «Otros efectos más difusos son que la deuda pública resta financiación a la actividad económica privada del país», añadió.
Para el académico, catedrático de Hacienda Pública en la Universidad Abat Oliva, «los jóvenes deberían salir a la calle a protestar por la deuda pública, ya que ellos serán quienes sufran sus consecuencias. Deberíamos exigir a nuestros gobernantes que sean muy rigurosos con las cuentas públicas».