«El actual modelo no está en condiciones de generar el dinero suficiente para afrontar las deudas que asumen los clubes»
El negocio del fútbol, tal y como está planteado, es insostenible. Así lo afirma, de forma categórica, José María Gay de Liébana, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), en su estudio «Las finanzas de las cinco grandes ligas europeas (2015/16)», que este año alcanza su novena edición. Tras un nuevo estudio detallado y puesto al día de las cinco principales competiciones del fútbol internacional, el académico y profesor de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona concluye que pese a las reformas legales y la competitividad de ligas y clubes, el sector no puede afrontar con sus propios recursos la inflación que supone la intromisión de agentes externos, como la inyección de capital catarí en el PSG francés, ni afrontar un endeudamiento crónico.
«Rotundamente, puede afirmarse que el negocio del fútbol propiamente dicho no está en condiciones de generar por sí mismo el dinero suficiente como para poder cancelar las tamañas deudas que algunos clubes asumen a causa de grandes fichajes», afirma con rotundidad Gay de Liébana. «El mercado futbolístico, desde este mes de agosto de 2017, se dispara a unas cotas inimaginables. Al fichaje de Neymar, o pago de su cláusula de rescisión, le sigue una cadena de transacciones sobre jugadores cuyas cifras, creemos, hinchan una tremenda burbuja futbolística, de modo que los activos de los clubes o, al menos, de algunos de ellos, empiezan a tomar unas dimensiones exuberantes», reflexiona.
Conocedor del mercado futbolístico, el académico repasa, balances en mano, la situación de competiciones y clubes, que se alzan como paradigmas de la economía de cada uno de sus países. «En el balance de cada una de estas Ligas esté ínsita la impronta económica de sus respectivos países, desde la grandeza británica a la teórica austeridad germana, pasando por la animosa idiosincrasia latina encarnada por nuestra Liga y la Serie A italiana y ese saber hacer que distingue a los galos. El fútbol es el vivo reflejo de la economía de un país», concluye Gay de Liébana.
La situación de esta última temporada mantiene la línea de las últimas, con el fútbol británico muy por delante de sus competidores. «El tamaño patrimonial de la Premier League es muy superior al de las otras cuatro ligas -explica el estudioso-. Con unos activos que apuntan directamente a los 9.000 millones de euros, unas deudas superiores a los 6.500 millones, equivalentes casi al 74% del pasivo total y unos recursos propios o patrimonio neto por encima de los 2.300 millones, que suponen el 26% de la financiación global, la Premier se erige en la primera gran liga europea y, sin duda, mundial. La dimensión de su patrimonio supera en más de dos veces al de LaLiga y en más del triple al de la Bundesliga. La Liga española, cuyos activos ascienden a 4.017 millones de euros, con unas deudas globales de 3.002 millones (75% de la financiación) y un patrimonio neto de 1.015 millones (25% del pasivo total), se catapulta al segundo lugar del ranking».
En el análisis concreto de la competición española, Gay de Liébana muestra un ligero optimismo dentro de la sensación de quiebra general. Sólo dos clubes, explica, se enfrentan a un estado de insolvencia patrimonial, a diferencia de temporadas previas. Son el Deportivo de La Coruña, que sale de un proceso concursal, y el Getafe, a quien el ascenso a Primera debe permitir sobrevivir. «A la vista de los balances sintéticos de nuestros clubes en la temporada 2015/16 cabe afirmar que el fuerte proceso de saneamiento emprendido en el fútbol español tiempo atrás está dando sus frutos y la solidez patrimonial y estabilidad financiera se van asentando aunque es cierto que aún hay un largo trecho por delante en tales menesteres -asegura-. Nuestra Liga sigue adoleciendo, a pesar de la recuperación detectada en su vertiente financiera, de excesiva deuda a corto plazo frente al volumen de sus activos circulantes. Éste ha sido y es un grave problema que derivó tiempo atrás, hasta no hace mucho, en un alud de insolvencias presentadas ante los juzgados por varios clubes de la Primera y Segunda División».