José María Bové, presidente de la firma de auditoría Bové Montero y Asociados, cónsul general honorario de Austria para Cataluña y Aragón y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), fue reconocido el pasado 17 de julio con la Gran Insignia de Honor al Mérito de la República de Austria, galardón que recibió de manos del embajador en España, Enno Drofenik. Se trata de una de las distinciones de mayor rango y una de las primeras órdenes que se otorga en Austria a personas que destacan por sus logros en las áreas política, económica, cultural, intelectual o en el trabajo voluntario. El Ejecutivo austríaco la confiere de forma excepcional para honrar a aquellos que hayan prestado servicios meritorios al país. Los beneficiarios son seleccionados por el Gobierno y son otorgados por el presidente de acuerdo con las leyes respectivas.
En su discurso de agradecimiento al recibir este magno galardón, Bové destacó el legado personal que le ha dejado su responsabilidad de cónsul honorario. «Es un privilegio haber trabajado con el actual y anteriores embajadores de Austria y haber obtenido tantos aprendizajes», señaló. También compartió parte de un escrito de la ex ministra de Asuntos Exteriores, Ursula Plassnik: «La labor de un cónsul honorario es guardar y fomentar los intereses de la República de Austria y de sus ciudadanos. En este caso, gracias a la robusta conexión que tenemos a nivel consular con la Embajada en Madrid, que nos da apoyo y consejo en todo momento. Barcelona es la tercera ciudad en el mundo que no es capital de un Estado con más consulados, lo que es una indicación de la internacionalización y de la solidez de la economía catalana», destacó el académico.
Al frente del Consulado Honorario de Austria en Barcelona, Bové organizó junto a Fomento de Trabajo y Advantage Austria, oficina de la economía austríaca en el exterior, la jornada técnica «La Mochila Austríaca. Los fondos de pensiones ocupacionales y los regímenes de indemnización por despido». La denominada Mochila Austríaca es un fondo de capitalización individual implementado en 2003 en aquel país orientado hacia la jubilación o una indemnización por despido o baja voluntaria y garantizado al 100% por el Estado. Para Bové, el sistema austríaco no sólo permitiría a España reducir el déficit galopante de la Seguridad Social, sino que garantizaría la viabilidad del actual sistema público de pensiones y minimizaría las tensiones que se producen en el actual sistema español en coyunturas económicas o laborales desfavorables.
«Los datos evidencian que el modelo austríaco tiene efectos incentivadores en materia de contratación: en junio de 2008 la tasa de desempleo en España era del 10,4%, frente al 3,7% en Austria; en marzo de 2013, la cifra se incrementó en España hasta el 26,9%, mientras que en el país centroeuropeo era un 5,7%; y en diciembre de 2018, España, 14,3%, y Austria, 4,7%. En coyunturas económicas adversas, el sistema se tensiona en gran manera por la pérdida de cotizantes (que además pasan a cobrar el desempleo), inconveniente que se minimiza en el país alpino», explicó en aquella ocasión el académico en una rigurosa y práctica exposición divulgativa.