«No se trata sólo de resignarse y renunciar a la violencia, sino de buscar un contrato social para la armonía»
Ernesto Kahan, académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), insiste en la necesidad y la urgencia de educar en la paz y la tolerancia para evitar las guerras que asuelan la Humanidad sin que el progreso ni las lecciones del pasado hayan servido para poner fin a nuevos conflictos. «El Preámbulo de la Carta de la Unesco establece que las guerras nacen en la mente de los hombres. Por lo tanto, es en la mente de los hombres donde hay que construir los baluartes de la paz. Una nueva cultura de la educación para la paz hacia el amor, la armonía y la tolerancia es el gran desafío para los intelectuales», señala el pensador en el artículo «Paz, su significado en la actualidad», de reciente aparición.
Galardonado con el premio Nobel de la Paz en tanto que vicepresidente internacional de la asociación Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, Kahan cree que, en el fondo, la conclusión es simple: «Tenemos que inscribirnos en una cruzada por la paz y la armonía. No es fácil, pero no es una utopía. Los gobernantes, intelectuales, artistas, periodistas, educadores y el público en general deben exigir esa política y actitud».»Nunca el hombre en toda su historia fue tan poderoso como hoy para dominar a la naturaleza y nunca estuvo tan cerca de destruirse a sí mismo y a la naturaleza. Nunca realizó el hombre tantos adelantos tecnológicos y científicos en el mundo actual, pero hay mucha desigualdad de oportunidades y terrible miseria. En el mundo, cada día, mueren de hambre 24.000 personas», prosigue el académico con su argumentación.
Kahan pide conciencia para entender que la tolerancia, activa o pasiva, por la diferencia implica un alto grado de desagrado o molestia que es necesario asumir a todos los niveles y que debe ser la base de la enseñanza en el respeto. «Obviamente, la aceptación tolerante debe ser la respuesta racional a algún tipo de beneficio o a las exigencias de un contrato social, que por su parte también sea el resultado de un acuerdo beneficioso para las partes que se deben tolerar mutuamente -señala-. La tolerancia activa requiere no solamente la resignación y el renunciamiento al uso de la violencia frente al contrario, sino una búsqueda insistente para el logro de un contrato social para la armonía».