Rosalía Arteaga, expresidenta y exministra de Educación de Ecuador, presidenta de la Fundación para el Desarrollo de América Latina, reconocida activista por la educación y la infancia y académica de honor y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha sido reconocida con el Premio Campana de la Paz que otorga la Federación de Paz y Amor Mundial en reconocimiento a sus notables contribuciones a la paz, la democracia, los derechos humanos, la conservación del medio ambiente y la educación.

Rosalía Arteaga

Dra. Rosalía Arteaga

El jurado reconoce, asimismo, su liderazgo pionero en la política como la primera mujer presidenta y vicepresidenta de Ecuador, abriendo camino a todas las mujeres latinoamericanas. «El galardón no sólo celebra los logros individuales de Rosalía Arteaga, sino que también es un recordatorio de la importancia de trabajar juntos para promover la paz y la prosperidad en todo el mundo y un llamamiento a la acción para tomar conciencia del papel que cumple el ser humano en la construcción de un mundo más pacífico y armonioso para las generaciones venideras», según una nota emitida por la Federación.

Por otra parte, la académica de honor participó en la Cumbre de Sostenibilidad Ecuador 2024, que se celebró entre los pasados 11 y 12 de abril, con la ponencia «No Planet B», en la que destacó la urgencia de actuar debido a la preocupación por lo que puede pasar con el planeta en el futuro y apeló al compromiso individual para lograr cambios mundiales. Culminó su intervención invitando a los asistentes a reflexionar sobre sus acciones y su impacto en el mundo. La cita está organizada por Grupo Ekos y reúne a empresas y organizaciones que contribuyen al desarrollo sostenible para que puedan compartir sus buenas prácticas con los visitantes.

A lo largo de más de dos décadas, Arteaga ha liderado transformaciones en el campo de la educación y la cultura en Ecuador. Además de ser ministra de Educación, se ha destacado por su liderazgo en temas educativos desde la sociedad civil, su compromiso con la democracia, la sostenibilidad ambiental y su capacidad para identificar problemas y diseñar iniciativas innovadoras, para generar un impacto social que el actual modelo de enseñanza online potenciado por la pandemia ahora favorece. La académica reforzó esta imagen tras su candidatura a la Secretaría General Iberoamericana, organización creada en el año 2003 que agrupa los 22 países que conforman la comunidad iberoamericana, y a la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas a propuesta de la organización juvenil Forward. Una candidatura popular que la ONU no llegó a formalizar pese a que prevé este tipo de iniciativas en sus reglamentos, pero que permitió a la académica de honor reivindicar el papel de la sociedad civil y más en particular de la juventud iberoamericana.