Emili Gironella, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y reconocido auditor, impartió el pasado 14 de junio en el Colegio de Economistas de Cataluña la conferencia «L’ebitda, indicador útil o inútil?», donde recogió y amplió las conclusiones del artículo que publicó con el mismo título junto a María del Carmen Barcons, profesora de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, en la Revista Técnica Contable y Financiera.
El ebitda, que es un acrónimo de una contracción inglesa, se ha traducido en España como resultado bruto de explotación. Es decir, se trata de una cifra que pretende comunicar el resultado bruto parcial de explotación antes de aplicar el impuesto sobre beneficios del objeto básico de cualquier empresa. En su exposición, además de exponer la naturaleza del ebitda y su cálculo, el académico se refirió especialmente a las aplicaciones del ebitda en la vida empresarial. Principalmente en lo que concierne a la valoración de empresas.
«Valorar una empresa es un proceso muy complicado y uno de los posibles métodos que se utilizan es el denominado como múltiplos del ebitda, que por su sencillez y facilidad de aplicación es muy empleado en el mundo empresarial -señaló Gironella-. Este método calcula el valor de una empresa en función de múltiplos estimados de empresas comparables, al partir de la premisa de que dos o más empresas de características similares, con independencia de que obviamente tienen aspectos diferenciados en varios puntos, deben tener un múltiplo del ebitda semejante».
El analista, sin embargo, quiso contextualizar este método: «No existe un múltiplo único para valorar empresas, porque todos sabemos que no existe la piedra filosofal que nos permita entenderlo todo, y bien. No obstante, es muy frecuente y generalmente aceptado valorar una empresa pagando un múltiplo de su ebitda normalizado o recurrente entre un mínimo de 5 y un máximo de 10. La magia de la valoración de una empresa utilizando los múltiplos del ebitda se encuentra en el hecho que ello está comúnmente aceptado por los analistas financieros, por lo que se convierte en una profecía autocumplida, dado que la valoración en el mercado no es sino un consenso entre los humanos que participan en el mismo».