Sheldon Glashow, académico de honor de la RAED, cierra el ciclo «La ciencia vista a través de los ojos de Premios Nobel»

Sheldon Glashow, premio Nobel de Física en 1990 y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 7 de junio en el ciclo «La ciencia vista a través de los ojos de Premios Nobel», que se ha celebrado en el CosmoCaixa de Barcelona organizado por la Obra Social La Caixa y la RAED. Glashow pronunció la conferencia de clausura, «Descubrimientos accidentales en la ciencia», en la que ofreció interesantes ejemplos de cómo algunos de los más importantes descubrimientos de la ciencia se han debido a factores accidentales.

«La penicilina fue descubierta por Alexander Fleming por casualidad, mientras que la estreptomicina, el segundo antibiótico importante, sí fue buscado -inició el Nobel su exposición-. Otro caso, retrocediendo al siglo XVIII, es el de la radiación infrarroja y la ultravioleta. La primera fue descubierta por William Herschel en 1800, cuando estaba estudiando la luz solar dispersada por un prisma. Colocó termómetros en cada color de la luz y otros de control. Un termómetro que resultó estar más allá de la parte roja del espectro registró una temperatura alta y así descubrió, por casualidad, una forma de luz fuera del espectro visible: la radiación infrarroja».

También fueron descubrimientos accidentales los Rayos X, cuando Wilhelm Conrad Röntgen trabajaba en unos experimentos con los rayos catódicos y, por azar, observó cómo una lámina de cartón impregnada en cianuro mostraba fluorescencia. Röntgen lo difundió entre la comunidad científica y llamó a su descubrimiento Rayos X porque no sabía muy bien su origen. Glashow también habló del descubrimiento accidental de la radioactividad por parte de Henri Becquerel.

En ámbitos cotidianos, el académico honorario explicó cómo el descubrimiento de la sacarina por parte del químico Constantin Falhberg también fue fruto del azar. El investigador se olvidó de lavarse las manos después de un experimento y al llevarse los dedos a la boca sintió un extraordinario sabor dulce. En el caso de Michael Sueda, la casualidad hizo que dejase un cigarro que estaba fumando encima de una mesa de laboratorio donde trabajaba buscando un antifebril y al volver a fumarlo sintió un extraordinario sabor dulce, el ciclamato.

En la sesión también se abordaron descubrimientos accidentales que dieron lugar posteriormente a la concesión del premio Nobel, destacando de manera especial el último de ellos, el grafeno. Fue descubierto por André Geim y un estudiante de doctorado, Konstantin Novaselov, a partir de un experimento sin mayores pretensiones sobre una mina de lápiz de grafito. Accidentales fueron también el descubrimiento de la Viagra en 1992, durante unas pruebas efectuadas con un fármaco contra la angina de pecho. El LSD, descubierto por un químico suizo Albert Hofmann, apareció cuando trataba de purificar los compuestos producidos por el cornezuelo de centeno para evitar las hemorragias que se producen tras el parto.

En el ciclo de CosmoCaixa han participado otros cuatro galardonados con el Nobel y académicos de honor de la RAED: Aaron Ciechanover y Ada Yonath, premios nobel de Química; Richard Roberts, premio Nobel de Medicina, y Jerome Friedman, premio Nobel de Física. Ciechanover, Yonath y Friedman también han participado en el ciclo «Talento Nobel», organizado en Sevilla por la Fundación Cajasol y la Real Academia. El éxito de ambos ha llevado a que la RAED y la Obra Social La Caixa firmen un nuevo convenio que dará continuidad a las charlas de los premios Nobel.