Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Conferencia difundida a través de straming y publicada por el canal especializado «DiarioSalud»
Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), explica de una forma didáctica el proceso de investigación y de desarrollo de los fármacos en una conferencia organizada por la Academia Dominicana de Medicina y el canal especializado «DiarioSalud» el pasado 30 de julio que se transmitió por streaming y que está disponible en la web y el canal de YouTube de «DiarioSalud».
El académico inició su exposición explicando que cualquier investigación sobre un nuevo fármaco parte de un examen de más de 10.000 compuestos químicos en su fase inicial. De ahí, por descarte, los investigadores reducen esta cifra hasta los 250 compuestos en el denominado período preclínico, que puede durar hasta seis años, y que incluye ya la experimentación con animales. De ahí la investigación debe llegar a los cinco o seis compuestos a los que se limitan los ensayos clínicos sobre personas, primero en ciudadanos sanos y luego en enfermos. Un nuevo proceso que se alarga hasta los siete años. Por último llega el aval de las autoridades sanitarias, que suelen tardar un media de año a año y medio en evaluar un nuevo fármaco y aprobarlo para su uso médico. En definitiva, el proceso suele durar de 10 a 15 años, teniendo en cuenta además que se dan numerosos fracasos a lo largo del proceso.
López Muñoz explicó que la clave del éxito en el desarrollo de cualquier nuevo medicamento radica en la identificación de dianas biológicas. Para ello hay que conocer a fondo la enfermedad sobre la que se pretende actuar, conocer el agente infeccioso o las carencias biológicas que la producen y dar con los transportadores adecuados para conducir esas sustancias farmacológicas que se hayan determinado efectivas al lugar adecuado para que interacciones con el organismo. Asimismo, cualquier desarrollo farmacológico debe tener en cuenta la toxicidad y efectos secundarios que puede desarrollar un nuevo fármaco.
En su charla, el académico destacó el factor de la casualidad que se ha dado a lo largo de la historia en el descubrimiento de nuevos fármacos, con la penicilina o la vacuna de la viruela como ejemplos paradigmáticos. Destacando que no es sólo el azar, sino la sagacidad de los investigadores para determinar que en un hecho casual puede encontrarse una solución efectiva e investigar en ello. Éste es un campo sobre el que López Muñoz incide en sus últimos estudios.