El académico Santiago Castellà traza los nuevos retos de las smart cities

Dr. Santiago J. Castellà

Dr. Santiago J. Castellà

Santiago Castellà, director de la Cátedra Tarragona Smart Mediterranean City de la Universidad Rovira i Virgili, secretario general de la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), publicó el pasado 22 de febrero en el «Diari de Tarragona» el artículo «Transiciones urbanas sostenibles», en el que traza los actuales retos de desarrollo de las ciudades inteligentes.

Para Castellà, más allá de la implantación de las tecnologías de la información y la comunicación en los ámbitos y espacios urbanos, el concepto de la smart city no se entiende hoy sin la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que habitan en esas urbes, sin su sostenibilidad energética y de recursos y sin la participación y transparencia en su gestión política y económica. «El desarrollo de las smarts cities es uno de los indicadores más claros del cambio radical que está viviendo el mundo y que tiene como epicentro las ciudades. Superado el primer impulso, basado en la implantación de sensores, las ciudades han descubierto un camino más cierto y directo hacia su inteligencia», señala Castellà.

El académico incide especialmente en uno de los aspectos que considera más urgentes y sobre el que la ciudad inteligente debe tomar ya una decidida determinación: la lucha contra el cambio climático. Es, a su entender, la prioridad. «El informe especial publicado el pasado mes de octubre por el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático nos advierte que para limitar a 1,5ºC el calentamiento global se necesitan transiciones rápidas y de gran alcance para llegar al objetivo cero neto en 2050, cuando habremos pasado de un 50% a un 70% de la población mundial residiendo en las ciudades».

De ahí, prosigue Castellà, que las ciudades se doten con urgencia de planes realistas y con sistemas de verificación con indicadores públicos y transparentes para una transición urbana contra el cambio climático. En concreto, el académico apela a un modelo sostenible y único de transporte público, distribución de mercancías de kilómetro cero, construcción con materiales sostenibles y energéticamente eficientes y entornos más abiertos, verdes y cultos.

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