Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación, Ciencia y Doctorado de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda el papel que puede llegar a jugar la melatonina, una molécula de origen natural conocida fundamentalmente por su papel regulador del ciclo sueño-vigilia y su actividad antioxidante, en la lucha contra el cáncer en el artículo «Melatonina: la ‘asesina inteligente’ para combatir el cáncer», publicado en el portal de divulgación científica The Conversation el pasado 9 de septiembre y reproducido en diversos medios digitales. López Muñoz firma el trabajo junto a Alejandro Romero Martínez, profesor de Toxicología de la Universidad Complutense de Madrid, y Emilio Gil Martín, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Vigo.
Los tres investigadores señalan las destacadas propiedades anticancerígenas de esta sustancia, que debe ayudar junto a la detección precoz y los tratamientos a la carta en el combate específico de una enfermedad que engloba más de 100 entidades patológicas distintas, con diferentes tejidos de origen y modos de desarrollo. De entrada, aseguran, numerosos datos experimentales evidencian que puede frenar la evolución del cáncer en distintas etapas del ciclo tumoral, desde la transformación celular inicial hasta la metástasis. «La melatonina impide la división celular y la formación de nuevos vasos sanguíneos que nutran al cáncer. A lo que se suma que, dependiendo del tipo de tumor y de la dosis, bien per se o junto a otros fármacos usados en quimioterapia, tiene el potencial de prevenir la iniciación de tumores, y la capacidad terapéutica de retardar la progresión maligna y propagación metastásica», señalan.
Los expertos proponen incluir la melatonina en los tratamientos diseñados de acuerdo con los parámetros del sistema circadiano, que logran aumentar la eficacia y tolerabilidad de los fármacos, y añaden que incluso en procesos cancerosos que no responden directamente a la melatonina se ha demostrado que esta molécula puede sensibilizar las células cancerosas y reforzar la efectividad de los tratamientos de radioterapia y quimioterapia, haciendo que los tumores previamente quimiorresistentes se vuelvan sensibles a estas terapias. «Un hallazgo particularmente relevante es que la melatonina haya demostrado estos beneficios, tanto en estudios con animales como en humanos, sin efectos adversos significativos y en un amplio rango de concentraciones, lo que le ha valido ser apodada como ‘asesina inteligente'», aseguran.
«Teniendo en cuenta su actividad farmacológica y eficacia clínica, la melatonina merece ser considerada un importante recurso de salud pública, como lo prueba que el Departamento de Salud de Estados Unidos haya liderado un estudio en profundidad de los numerosos beneficios de la suplementación con melatonina para el tratamiento de pacientes con cáncer. En este sentido, la estrategia de combinar quimioterápicos con melatonina podría limitar los efectos secundarios de los primeros sobre las células normales, permitiendo aumentar las dosis activas de los fármacos sin exacerbar su toxicidad. Esta inocuidad es crucial para el manejo clínico de los pacientes con cáncer», concluyen, apuntando incluso el uso preventivo que puede jugar esta molécula, dado que se va reduciendo en el organismo con la edad.