Benita Ferrero-Waldner, exministra federal de Asuntos Exteriores de Austria y excomisaria de Relaciones Exteriores y Política Europea de Vecindad de la Unión Europea; Santiago Castellà, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Rovira i Virgili y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), y José María Gay de Liébana, profesor de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona y también académico numerario de la RAED coincidieron en el debate que organizó la Real Academia bajo el título «La amenaza interna de la Unión Europea» en que el riesgo de disolución de la Unión es «más real que nunca» en el más de medio siglo de historia de las instituciones europeas. El debate fue conducido por Lluís Uria, redactor jefe de la sección de Internacional del diario La Vanguardia.

 

Para Ferrero-Waldner, el Brexit ha dejado muy debilitada la Unión al dejar patente que la desmembración no es sólo una posibilidad legal, sino una realidad. Para la excomisaria europea, «la salida de un Estado miembro más, como podría ser Francia si acabara ganando las elecciones el Frente Nacional, haría saltar por los aires la UE, sería toda una catástrofe para la historia común». Ferrero-Waldner pidió «más cohesión y más optimismo, alentado por las administraciones y los organismos europeístas a todos sus niveles», así como una profunda reforma de la institución que devuelva a los Estados o a las regiones determinadas competencias. «Este es el principal punto de descrédito de la Unión que aprovechan los populismos», consideró.

Castellà, por su parte, señaló lo que considera tres retos fundamentales que afrontan las instituciones europeas a corto plazo y frente a los que el europeísmo también debería trabajar unido. «En apenas unos meses la Unión Europea afronta tres escenarios de peligro para su futuro: la formalización del Brexit este mes de marzo, la celebración de elecciones en diferentes Estados miembro con un previsible crecimiento de los populismos y el obligado reposicionamiento de Europa en el mundo a raíz el nuevo marco de relaciones entre Estados Unidos y Rusia, que abrirá un nuevo contexto internacional mucho más complejo que el actual».

Gay de Liébana añadió una visión económica a estos retos. «El Brexit tiene tanto una raíz política como económica, y tal como llegó podrían hacerlo el Grexit, que ha sido y es una amenaza muy real, e incluso el Frexit. Europa pierde a gran velocidad protagonismo económico a nivel global y eso no ayuda a la Unión, que está convirtiéndose en una residencia geriátrica. Hay cansancio y descrédito hacia las instituciones, principalmente las más alejadas, como son las de la UE».

Uria también hizo eco de un contexto político internacional que no ayuda al futuro y la estabilidad de las instituciones europeas. «El Brexit abrió una puerta que nadie creía que se podría abrir y la nueva Administración Trump alienta desde la otra orilla del Atlántico a que la Unión sea un fracaso. En Europa cada vez hay más fuerzas políticas que promueven la desintegración, es muy probable que el Frente Nacional de Marine Le Pen gane la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas haciendo bandera del antieuropeísmo”.

Éste fue el segundo debate de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 sobre el futuro de Europa. Las cerca de 300 personas que llenaban el salón de actos de Fomento del Trabajo Nacional -45 de ellos académicos- dan buena fe del interés que levantó la cita. En su decidida apuesta por fomentar los valores del europeísmo, la Real Academia debatirá también el futuro de la UE durante su III Acto Internacional, que celebrará en diferentes capitales del Báltico entre los próximos 15 y 22 de julio. La sesión llevará por título «Una sola Europa, espacio de libertad, seguridad y justicia».