Miquel Ventura
Biólogo, director de la Fundación Mar y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Miquel Ventura

Miquel Ventura

Miquel Ventura, director de la Fundación Mar y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha presentado el informe correspondiente a la estación de la Cima que el Proyecto Silmar de protección del medio marino tiene frente a las costas de Castell-Platja d’Aro, en el corazón de la Costa Brava. La Fundación ha proyectado la instalación de 22 estaciones de control repartidas entre Cataluña y Baleares, de las que ya funcionan las cinco primeras, ubicadas en Cadaqués, Palamós, Platja d’Aro, Barcelona y Sant Feliu de Guíxols. La Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores y la propia RAED firmarán un convenio con la Fundación Mar mediante el cual asumirán su función y su legado.

Las estaciones permiten cartografiar el fondo marino en tres dimensiones y trabajar en cada punto gracias a la tecnología 3D para seguir su evolución. En este caso, el informe de la estación de la Cima denota los grandes efectos de regeneración natural que ha traído consigo la pandemia, en particular durante los meses de estricto confinamiento. De las observaciones destaca el período de excepcional floración de la pradera de posidonia de la zona, favorecida tanto por el descenso de actividad humana como por dos factores que han influido en su mejora y extensión: los efectos del temporal Gloria, que azotó el litoral catalán a principios de 2020, y el calentamiento progresivo de la temperatura del agua del mar.

Proyecto Silmar«En primer lugar tenemos que hablar de Gloria, el excepcional temporal de levante que nos afectó durante el mes de enero y que generó importantes impactos naturales sobre el litoral, los ecosistemas y las comunidades biológicas del fondo marino de estas costas. Segundo, los efectos de la pandemia, con el confinamiento de la población, que redujeron significativamente la frecuentación humana en el mar. Tercero, los trabajos de dragado del Port d’Aro y las obras de remodelación del espigón de levante, que han aumentado el nivel de aportación de sedimentos en las zonas exteriores del puerto y que aún hay que seguir evaluando por los posibles impactos que potencialmente pueden generar en zonas ecológicamente sensibles. Cuarto, la excepcional floración de la pradera de posidonia oceánica de la Cima, que hay que evaluar como muy positiva y a su vez ponderando hasta que punto influye el aumento de la temperatura media del agua debido a los efectos del calentamiento global», se establece en la presentación de este informe.

La estación se encuentra bajo el mar a unas 0,35 millas de la costa dirección este, en una formación geológica submarina característica que se prolonga hacia el norte y forma una larga barra rocosa perpendicular al litoral que se va distanciando de la costa. Por su ubicación en medio del mar y estar sumergida queda desapercibida para la mayoría de los usuarios del mar (navegantes, pescadores y buceadores) y recibe una mínima presión humana que aportan gran valor a sus observaciones. Esta zona marina alberga especies, hábitats y comunidades típicas mediterráneas de elevado interés ecológico en buen estado de conservación. Las condiciones ambientales y oceanográficas, así como su recóndita ubicación, permite que se mantenga en una buena calidad ecológica a pesar de los impactos como son la pesca deportiva, el calentamiento del agua, la contaminación y la presencia de algunas especies invasoras.