Francisco López Muñoz repasó ayer en su discurso de ingreso en la Real Academia de Doctores (RAD), «Panacea encadenada: la farmacología alemana bajo el yugo de la esvástica», la degradación moral que vivieron los farmacéuticos, sanitarios y médicos alemanes bajo en nazismo. «La farmacología alemana gozaba de un extraordinaria reputación internacional antes de la promulgación del III Reich y la industria farmacéutica lideraba la investigación internacional, sin embargo, con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista, en 1933, se instauró un perverso sistema de destrucción de la conciencia social que degeneró en la institucionalización de conductas delictivas en materia de salud pública, higiene racial e investigación humana», inició el nuevo académico su discurso.

Doctor en Medicina y Cirugía y Lengua Española y Literatura, López Muñoz enumeró experimentos médicos forzados sobre personas sanas, el uso de psicofármacos sobre detenidos y el desarrollo de agentes para la guerra química. Esta degeneración culminó en los Juicios de Nüremberg con acusaciones de crímenes contra la humanidad y en la firma de los primeros códigos internacionales en materia bioética, concluyó el académico.