María Asunción Peiré, doctora en Medicina y Cirugía, ingresó como académica correspondiente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una sesión que se celebró en Barcelona el pasado 22 de mayo. La recipiendaria leyó el discurso de ingreso «Farmacología pediátrica: pasado, presente y perspectivas de futuro». Le contestó, en nombre de la corporación, el académico de número Pere Gascón.

Resulta un imperativo ético el no perpetuar por más tiempo la situación sobrevenida de orfandad terapéutica del niño»

Peiré reseñó en su trabajo los principales conceptos y peculiaridades de la farmacología pediátrica, repasó brevemente su historia, con sus hitos y sus fracasos terapéuticos, y se detuvo en los retos y perspectivas de futuro, que sólo llegarán a buen puerto -aseguró- con la implicación de las administraciones y una formación específica y rigurosa de sus especialistas. En este punto, la nueva académica puso especial énfasis en la responsabilidad de la industria farmacéutica, que más allá de su obligación de cumplir con las regulaciones y marco legal debe centrar sus esfuerzos en desarrollar productos dirigidos a un sector de la población vulnerable que económicamente puede no ser el más rentable.

«Ante el novedoso arsenal terapéutico creciente y diverso del siglo XXI resulta un imperativo ético el no perpetuar por más tiempo la situación sobrevenida de orfandad terapéutica del niño. Con los avances científicos en el campo de la terapéutica resulta obvio que los niños tienen los mismos derechos que los adultos a recibir los mejores medicamentos y, además, éstos deben estar adaptados a sus necesidades terapéuticas», señaló Peiré.

De ahí que para la nueva académica la misión de cualquier especialista en esta materia debe pasar por «trasmitir sus humildes conocimientos para construir una Farmacología Pediátrica (léase Ciencia) excelente y honrada, puesta al servicio de nuestros niños».

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